A Rubalcaba, la ETA se la clava, o no
Se le deshincha el globo a Zapatero. El gran logro que ayer hubiese querido vender, el de la paz definitiva con la ETA, se le ha disuelto como un azucarillo en el agua. No hay rastro de que los desalmados terroristas pretendan abandonar las armas, pero tampoco es nueva esta parafernalia. Ya lo han hecho en ocasiones anteriores y volverán a repetir la escenificación las veces que sean necesarias. Mientras este Ejecutivo siga dando bola a comunicados de unos payasos que salen protegidos con unos trapos para que no se les reconozca, lo cierto es que no habrá manera de acabar con estos hijos de mala madre. Todo lo contrario. Ahora el Gobierno volverá a tener un gesto de gracia como en 2007 y terminará por dejar que una representación se introduzca en los ayuntamientos del País Vasco.
Sólo había que ver la cara de Pérez Rubalcaba (la física, claro, porque la otra la tiene más grande e intacta, como es natural en él) para darse cuenta de que todos los intentos por conseguir esa tabla salvadora de una paz permanente se veía al final frustrada y el Ejecutivo sólo ha obtenido que se le lance un flotador pequeño y levemente pinchado. Es decir, tarde o temprano, el chiringuito con los amigos del tiro en la nuca y de las bombas lapa se volverá a hundir irremisiblemente.
Interior ha estado mareando durante todos estos años el Faisán (no la perdiz, precisamente), dando permisos para manifestaciones totalmente prohibitivas, pero que siempre contaban con la anuencia del Fiscal General del Estado, Gómez Pumpido o el dúo dinámico de la Audiencia Nacional, Garzón y Pedraz, todos poderes judiciales al uso (al uso del Gobierno, claro) para intentar no cabrear al entorno terrorista.
Aquí se han robado coches, líquidos a mansalva para perpetrar posteriormente atentados, se han desvalijado arsenales, se han seguido mandando cartas de extorsión a los empresarios, se siguen fugando, consentidamente, determinados etarras y el ladino de Rubalcaba mirando hacia otro lado, diciendo que no estaba clara la conexión con ETA. Por supuesto, claro, porque no interesaba calentar a un socio de gatillo fácil con el que se está negociando y que, curiosamente, tiene mucho que decir aún del 11-M.
Por eso, no es de extrañar que la rueda de prensa ofrecida por el maligno Rubalcaba estuviese exenta de preguntas. Como bien señalaba Eduardo García Serrano en El Gato al Agua, en Intereconomía, para ese viaje mejor no haberse desplazado hasta la sede ministerial. Que alguien le hubiese grabado el comunicado y luego lo hubiese difundido a los medios de comunicación. No obstante, esto es anecdótico. Lo que preocupa, y mucho, es que este paso de ETA sirva al Ejecutivo para darles más prebendas aun que en 2007. No sería nada extraño conociendo a determinados personajes.
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Máximo Medina -