El día de la marmota blanquiazul
Lo dije la pasada semana, engordar para morir. Y eso es lo que le ha vuelto a pasar al CD Tenerife en el derbi, que se atiborró de optimismo y recibió un corte de digestión por parte de Quiroga que aún revolotea por los estómagos de los aficionados blanquiazules. Colistas, una semana más, y lo peor es que el panorama se vislumbre terrorífico. El miércoles toca el Granada en casa, partido aplazado tras la huelga brutal de los controladores, y el domingo ante el Gerona, también en el Heliodoro Rodríguez López. La duda era saber si Mandiá sería capaz de superar el nuevo lote de dudas que ha generado. Quizá sólo le podían salvar los dos encuentros que el club tiene que afrontar esta semana, pero el futuro del técnico estaba más que sentenciado y en la tarde su destitución era más que un clamor.
La UD Las Palmas, sin hacer grandes alardes, sacó un empate casi con la guillotina cayendo ya sobre el cuello de Paco Jémez. Cierto es que los amarillos jugaron más y mejor que un Tenerife que ya no sabe de qué va la película. El productor, por llamarlo de alguna manera, Miguel Concepción, contrató a un entrenador para que hiciese una obra de fantasía (el ascenso), pero poco a poco fue tornándola en ciencia-ficción (odisea en Segunda), comedia (los blanquiazules no la saben meter) hasta llegar al drama (pesadilla en Elm Callejón Street). Ni la llegada de Mandiá ha conseguido revertir la situación, colista tras veinte partidos, y ya nadie es capaz de cambiar el disco del DVD. Ver un partido del Tenerife es como estar visionando las 24 horas del día, los siete días de la semana El día de la marmota.
Ahora llegarán más fichajes, entre ellos el de un entrenado, pero ya no hacen falta jugadores virtuosos, de esos del toque o del tiqui-taca, sino verdaderos obreros, peones, jornaleros de la gloria (como se dice en el argot ciclista) que saquen al Tenerife del pozo en el que anda sumido y que no parece sencillo que pueda salir de ahí. Son siete puntos la distancia que existe con la zona de salvación y ha pasado prácticamente toda una vuelta, a excepción del partido que hay que jugar esta semana ante el Granada.
Veremos a ver qué nueva ocurrencia se le pasa por la cabeza al dirigente blanquiazul, pero esto pinta cada vez peor. Los campos de Tíncer y de La Salud ya están preparados para albergar los encuentros del año que viene, dado que no irán ni 5.000 espectadores a ver al representativo en la Segunda División B. Quedan 63 puntos en litigio para el Tenerife, ha conseguido 16, y se supone que la salvación está en una horquilla de 50-53. La segunda vuelta de quien sustituya a Mandiá tiene que deparar cerca de 40 puntos más. ¿Lo conseguirá?
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