TriBildunal Constitucional
Adela Asua, Elisa Pérez, Pascual Sala, Eugenio Gay, Pablo Pérez y Luis Ortega son seis nombres que desde la medianoche del 6 de mayo están directamente relacionados con la banda terrorista ETA. Estos seis magistrados (presuntos, más bien) han dado vía libre a que Bildu-Batasuna concurra a las elecciones del día 22 y que, a buen seguro, entren en muchas instituciones, las suficientes como para recaudar una ingente cantidad de dinero con el que, posteriormente, comprar armas y material necesario para hacer del País Vasco, Navarra y, por extensión, el resto de España, un lugar en el que vuelve a colarse el miedo, el temor al tiro en la nuca, a ser víctima de una bomba lapa o abrir el buzón y encontrarte con una carta de extorsión.
Como el relato bíblico y como si José Luis Rodríguez Zapatero fuese una suerte de Poncio Pilatos, el presidente del Gobierno se asustó cuando escuchó a las masas contrariadas por el fallo del Supremo en contra de Bildu (que se reducen a Urkullu y los acólitos del pasamontañas y la goma-2) y buscó la forma para que en el Constitucional se diese carta blanca a los proetarras. Él, el inquilino de la Moncloa, se lava las manos, pero la ciudadanía, al menos los que tenemos dos dedos de frente, le estará esperando en la bajadita, es decir en las urnas. Esto no va a quedar así, desde luego.
Lo que ha sucedido con Bildu es mucho peor que lo que pasó con Acción Nacionalista Vasca. Con ANV, al no ser necesarios los votos de los peneuvistas para sacar adelante las cuentas del gran capitán zapateril, se anularon unas listas, pero otras se dejaron (aunque curiosamente se sesgaron muchas de las que no tenían opciones reales de poder sacar tajada). Ahora, en cambio, la amenaza del PNV de no sacar adelante los Presupuestos Generales de 2012 es lo que ha puesto como un flan a la progresía sociata y han hecho el Caamaño (digo el amaño) de que el Supremo quede como el ‘malo’ de la película y el Constitucional, en cambio, sea el amigo chachi, aunque claro, con un sujeto abyecto, ruin y partidista, de los del carné del PSOE en la boca (o en el hocico) como Pascual Sala, todo es posible.
Lo más ‘cachondo’ de la historia es la declaración unánime de cualquier socialista al que le pongas una alcachofa por medio, “que hay que respetar y acatar el fallo judicial”. Estos tipos, comenzando por la cúspide despuntada y en proceso de derribo y liquidación (o al revés), es decir Rodríguez Zapatero, tienen una cara de cemento armado que espanta. Ahora entendemos muchos por qué no se resuelve cierto chivatazo faisanesco o por qué esa connivencia del Gobierno con ETA, aunque, ojito, tampoco podemos olvidar la ingenuidad o la torpeza de cierta facción del PP que se deja engañar por el malvado y maléfico Pérez RuGALcaba, comenzando por corre que te Trillo, don Federico.
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Máximo Medina -