Guerra socialista
Se empiezan a poner cachondas las cosas en Canarias. Desde la lejanía que supone estar en la capital de España, pero también desde la perspectiva que permite ver las cosas sin el apasionamiento mediático de las Islas, lo cierto es que tiene toda la pinta de que la imposición de la regional socialista, verbigracia José Miguel Pérez, de que aquí (o allí, mejor dicho) no se va a pactar con el Partido Popular, sino con Coalición Canaria, va a desatar una guerra de proporciones desconocidas en la marca del puño y la rosa. Ese no es el acuerdo que quieren muchos socialistas en las Islas y las ejecutivas insulares, incluso las locales, están cerrando pactos a pesar de la prohibición expresa de los mandamases autonómicos.
José Miguel Pérez sabe que ha sacado unos resultados horrorosos, pero se siente avalado por los popes de Ferraz, en especial el fontanero José Blanco. A ese especie de mixto entre Manolo Vieira y Juan Cruz (conste que la comparación no es idea mía, pero la comparto) le deben un favor muy grande, ser el enterrador de todo aquello que ha supuesto el juanfernandismo y, por supuesto, haber dado la cara por el partido en un escenario nada favorable, máxime cuando además el PSOE a nivel regional ha hecho aguas por varias vías con la escisión de varios históricos como Santiago Pérez o José Ramón Mora.
La idea del secretario general de los socialistas en el Archipiélago es conseguir con Coalición Canaria un pacto global, que incluya desde la Presidencia al resto de corporaciones. Lo curioso del caso es que ese dejarse querer le supondría cuantiosos réditos a los nacionalistas, entre ellos el retener el poder en tres circunscripciones que ahora están pendientes de un hilo, bien por no haber sido la fuerza más votada (Gobierno de Canarias y Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife) o bien porque un pacto con populares y otras fuerzas (Ayuntamiento de La Laguna y Cabildo de Tenerife) les puede dejar fuera a los chicos de CC.
Desde luego, y no voy a ponerme ahora en la posición de defender a Juan Fernando López Aguilar, José Miguel Pérez está a un paso de darle prácticamente todo el poder al nacionalismo cuando el escenario que se pinta en las Islas es, curiosamente, el de mandar al INEM (o al Servicio Canario de Empleo) a toda la cohorte coalicionera. El secretario general del PSOE se agarra a la tabla de salvación de Madrid, pero es que en la capital de España las cosas no pintan nada bien y menos aún si el desastre del 22 de mayo se reproduce dentro de unos meses. Por eso los socialistas tinerfeños quieren pactar con el PP, porque es la fuerza ganadora, porque CC, posiblemente, tampoco se coma un colín en las generales.
Va a estar divertido el asunto, sobre todo por verle el rostro de descomposición que tiene algún que otro político que ya se ve sin cargo, sin dinero y, encima teniendo, a lo mejor, que ponerse a buscar un empleo fuera del ámbito institucional por primera vez en su vida.
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Máximo Medina -