Pepinazo
¡Menudo pepinazo! Después de toda la alarma que se ha creado en torno a los pepinos españoles, que si estaban contaminados, que si habían causado no sé cuántas muertes en Alemania y ahora, después de todo el tenderete que se ha montado en torno al tema, resulta que ni pepinos ni zarandajas. Resulta que este vegetal era más inocuo que Espinete, más sano que el agua y más comestible que un cuscurro de pan tierno. Pero el mal, sin embargo, ya se ha hecho y además en cantidades incalculables o, peor aún, más que calculables, una millonada diaria que han perdido los productores y también quienes debían colocar la mercancía a los consumidores.
Ahora asistiremos a la ceremonia de la confusión, a buscar culpas ajenas, reproches propios, a mirar hacia otro lado o, como me temo, a matar al mensajero, aunque bien es cierto que algún medio con ciertas prisas se dedicó a ‘informar’ a sus lectores sobre casos anteriores de e-coli que se produjeron en España. Creo que no llegaron ni a una veintena, pero lo que interesaba era dar el dato, crear la alarma entre la población y, por supuesto, hacerle la pascua con los pepinos de marras a los agricultores y a los mercados. Ha sido una ruina y no piensen que esto se recupera así como así.
Quizá habrá que investigar al detalle no sólo el origen de ese brote infeccioso y que, tal y como ha quedado demostrado, puede acabar con la vida de una persona, sino que también será interesante conocer quién filtró el dato, quién fue el lengüín, el cotilla exprés que lanzó el mensaje sobre la insalubridad de esos pepinos que estaban en Alemania y que no esperó, como además en menester, a los contraanálisis, a estudiar todos los casos con detenimiento. Pero claro, a veces se está ávido de noticias y nos pirramos por el titular sensacionalista, sin prever, claro, que luego igual toca hacer una rectificación en toda regla.
Y sí, en general, los medios (unos más que otros, también en función de su carga tipográfica o temporal) vuelven a tener que envainársela y a colocarse un pepino en salva sea la parte, pero a mí me gustaría saber cuál es la indemnización a la que ahora tienen derecho unos agricultores, unos productores y unos vendedores de esta hortaliza que, según los datos que he podido escudriñar, ascienden a 30 millones diarios, y son unos cuantos días los que hemos estado con el vaivén de la verdurita. Desde luego, seguro que los afectados no dirán que este asunto les importa un pepino, más bien todo lo contrario. A ver si las mismas prisas para alarmar son exactamente idénticas para compensar.
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Máximo Medina -