¿Señuelo bolivariano?
¿Se muere el Gorila Rojo? Ese parece ser el gran secreto de Estado que Venezuela intenta ocultar al mundo entero, pero sobre todo a su propia nación. Pese a dirigir el país con expropiadora mano de hierro, parece ser que, como en el dicho popular, a todo cerdo le llega su San Martín, y al presidente Hugo Chávez le va a tocar claudicar por las buenas o por las malas. Un maléfico cáncer, posiblemente lo único más malévolo que haya en esta vida, incluso por encima de sicarios de esta calaña, está a un paso de arruinar su trayectoria como golpista-político, pero tampoco se puede afirmar con rotundidad que éste sea un motivo de alborozo para el país caribeño, sobre todo porque están acostumbrados a capítulos chuscos, surrealistas y, especialmente, perfectamente amañados para mayor gloria del carcelero de turno.
Venezuela lleva décadas viviendo en una situación de inestabilidad. Si un inquilino en el Palacio de Miraflores es malo, el que toma el relevo es aun peor. Uno tiene conocimiento desde el nefasto Carlos Andrés Pérez, un jeta multimillonario que hizo de su Gobierno una especie de finca particular, mangoneando en las instituciones y pervirtiendo al propio ejército donde, curiosamente, ya destacaba un imberbe Hugo Chávez que tuvo los santos arrestos para propinar un fallido golpe de Estado. Paradojas de la vida, años después, no muchos más, Chávez Frías llegaría a la mismísima Presidencia de la nación bolivariana.
Y con el Gorila Rojo comienzan a llegar una época de cambios en Venezuela, muchos de ellos a peor, como suele pasar sin excepciones en todos estos líderes populistas y bananeros, representantes de una raza especial, la de estafar al pueblo con esa igualdad de sopa de col y apio, mientras ellos se llenan los bolsillos. Mientras el patrimonio del dictador venezolano ha ido incrementándose de manera exponencial, la pobreza de sus conciudadanos ha ido menguando también en la misma proporción, mas no así la querencia que el electorado ha tenido hacia él.Magistralmente, Chávez ha conseguido erradicar la llamada clase media, de tal fortuna que sólo existen muy pocos ricos, riquísimos y una gran masa de gente pobre, depauperada, pero que jalean al hombre de la eterna vestimenta roja porque ha conseguido igualar a la sociedad…pero por lo bajo. Es decir, no ambicionan vivir con los lujos de cualquier persona de clase media y aspirar a mejorar. No, su modus vivendi es que todos acaben hundidos en el mismísimo lodo. Siempre, claro, al socaire de esa pretendida igualdad.
Ahora, todos esperan acontecimientos sobre la evolución de su enfermedad, pero que nadie espere que esto se desarrolle de una forma normal. Alguien que en 2002 fue capaz de darse un autogolpe de Estado para seguir en su puesto es capaz de haber pergeñado una campaña de imagen con este asunto para intentar desviar la atención de otros asuntos más procelosos. Me dicen mis fuentes, generalmente bien informadas, que habrá que permanecer atentos a la pantalla, pero sobre todo a determinados movimientos económicos y transacciones entre cuentas bancarias. Dice Chávez que ha sufrido una operación…pero a lo mejor no es la intervención quirúrgica que todos estamos imaginando. Los precedentes con este individuo ya han dejado una profunda huella de sospecha.
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Máximo Medina -