Gérmenes y chatarra en la fiesta del PCE
Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy completamente de acuerdo con la relación de artistas que actuarán en la fiesta del Partido Comunista Español, en especial con dos de ellos. Una organización tan arcaica, oxidada y anclada en el pasado más rancio y chungo sólo podía contar con gente como José ‘El chatarra’ y Gérmenes. El PCE se ha quedado en eso, en una especie de vertedero de ideas en desuso, pero sumamente peligrosas, radioactivas, totalmente alejadas de la realidad. Estos son los mismos a los que les asusta una estatua ecuestre de Franco, pero se corren de gusto cuando acuden a adorar a la momia de Lenin.
El problema real de esta izquierda comunistoide es que hace ya algunas décadas que sus paraísos se han reducido a lo mínimo. La Unión Soviética se le descompuso hace algún tiempo y sólo les queda Cuba, China, Corea del Norte y, a lo mejor, la Venezuela y Bolivia de dos caudillos muñidores de los grandes fraudes electorales para matar de igualdad pobre a sus ciudadanos mientras ellos se forran los bolsillos y los estómagos.
Desde luego, quien acuda este próximo viernes 16 de septiembre a San Fernando de Henares, podrá vivir una experiencia similar a la sufrida por Michael J.Fox, pero a la inversa. Es decir, en vez de regreso al futuro, será la vuelta al pasado, a esa imagen de una España en proceso de desintegración por unos comunatas que nos metieron en una nefasta Segunda República y que al final desembocó en una cruenta Guerra Civil. Y encima claman por una tercera república. Vamos, para echarse a temblar si cayésemos en manos de estos primos hermanos del 15-M.
Lo que tenemos que tener claro, a día de hoy, es que el comunismo como tal ha muerto, está incinerado, enterrado y volatizado. Todos los regímenes comunistas que existieron en la Europa posterior a la Segunda Guerra Mundial y hasta principios de la década de los noventa del siglo XX han desaparecido casi en su totalidad. Nadie quiere oír nada de esa igualdad o de que la tierra es para el que la trabaja. Medirnos a todos por el mismo rasero es aplicar la política de la sopa de col para todo el mundo…menos para los grandes patriarcas de puño en alto y pañuelo de Hermes al cuello. Hagan el experimento en San Fernando de Henares y ya verán las vestimentas tan caras y los coches tan lujosos que usan estos sujetos que hablan de revolución, libertad y anticapitalismo. Si Lenin levantara la cabeza, se volvía de nuevo a su urna de la Plaza Roja.
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Anonimo -
Máximo Medina -