Si 'Bebes' das el cante
¿Quién es Bebe? Para los no iniciados en el mundo de la música moderna o, mejor dicho, las melodías horteras, zafias y vulgares, esta señora o señorita es una cantante de origen extremeño y cuyo mayor virtud es la de soltar 20 tacos por minuto, aunque desde luego tampoco se destaca por la originalidad y la variedad de su repertorio. Está claro, a la vista de la rueda de prensa concedida hace unos días con motivo de la presentación de su último trabajo, que la educación y los buenos modales no son el punto fuerte de la artista, en una muestra clara y evidente de que ni el colegio pasó por ella ni ella tampoco parece que aprovechase bien las enseñanzas de los docentes, amén, por supuesto, de que sus padres no supieron o no pudieron dotarla de mejores maneras cuando tuviese un micrófono delante.
Esta solista, especialista en letras que rinden culto al feminismo del más rancio abolengo, a hablar del maltrato masculino (¡como si el femenino no existiera!), a incitar en sus canciones al autoplacer sexual y a otra serie de cosas menos reconfortantes, se dedicó, repito, hace sólo unos días a vituperar a la prensa especializada y sólo con el único objetivo de creerse la más machita del lugar, como si con esa apariencia ruda y rudimentaria pensara que iba a tener más respeto por parte de quienes estaban allí con el único objetivo de informar.
Lo cierto es que si Bebe quería sus cinco minutos de gloria, a fe que los logró. Su funesta intervención en la Sala Sol acabó como el rosario de la aurora, con una ensalada de insultos y lindezas varias y, por supuesto, el vídeo de la presentación de su nuevo disco es ya de los más vistos en la red, lo cual viene a demostrar que la extremeña va a pasar a la historia como el personaje que destaca más por su lengua sucia y viperina que por su arte que, además, en confianza, canta en la misma proporción y armonía que Falete desfilando en la Pasarela Cibeles.
Me imagino que, una vez pasada toda la polvareda, la señora Bebe se verá obligada a regresar a su Extremadura natal y dedicarse, por ejemplo, a la recolecta de bellotas, oficio que posiblemente esté más a la altura de sus posibilidades que el tener un micro en la mano para decir toda una sarta de despropósitos. Y es que en este caso, haciendo el chiste fácil, Bebe no es que cante, sino que da el cante, que parece igual, pero desde luego no es lo mismo.
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Máximo Medina -