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Desde mi escaño

Bodrio navideño en TVE

Bodrio navideño en TVE

Televisión Española se ha ‘lucido’ estas Navidades con sus especiales de Nochebuena y Nochevieja. Si alguien pretendía ver programas de calidad estos, desde luego, no han pasado por el canal público. Directamente, las cabezas pensantes del ente decidieron que no había que hacerle la competencia a nadie, que de lo que se trataba, lisa y llanamente, era ponerle a la audiencia la primera bobada que estuviese a punto para ser consumida y así, evidentemente, hemos debido de tragarnos verdaderos bodrios que, dicho sea de paso, poco o nada tenían que ver con estas entrañables fiestas de adviento que estamos viviendo.

En este sentido, el Partido Popular va a tener que entrar a fondo en TVE y ver papel por papel para conocer exactamente qué precios, qué facturas, qué conchabeo ha sido éste en el que por arte de magia se duplicaban servicios o se le daban programas infumables continuamente a los mismos. La cosa es sencilla, cuando alguien, un humorista por ejemplo, no funciona, está más seco que la  mojama en cuanto a ideas, lo mejor es no arriesgarse. Pero está claro que en el equipo saliente de TVE, que dejó todo atado y bien atado, lo que importaba únicamente era dejar unas minas perfectamente engarzadas para que estallasen en este final de ejercicio.

Los programas de la noche del 24 de diciembre fueron directamente un bodrio, incluso con alguna que otra falta de respeto a quienes creen en la religión católica. Después, un programa insoportable de actuaciones musicales en las que la atea Ana Belén se nos presentaba como maestra de ceremonias. Sí, es verdad, en otras televisiones privadas la cosa no apuntaba mejor, bien con películas o retazos de los reality del año 2011, pero es que en la empresa privada es precisamente el presidente quien se juega sus cuartos y si se equivoca, ya tendrá que asumir las responsabilidades en forma de share y de ingresos publicitarios. Sin embargo, en la TVE aspiramos a una programación de calidad que contente al general de la audiencia, no a satisfacer cuatro intereses individuales.

Y si lo de Nochebuena fue un perfecto insulto a la inteligencia, en Nochevieja estos maestros de la ceremonia de la confusión remataron la jugada con el tostón de José Mota, un humorista al que determinados programas le quedan demasiado grandes. La recreación humorística de Seven fue por momentos un intento lamentable de sacarnos las últimas carcjadas de 2011. Tópicos demasiado vistos, metiendo imitaciones con calzador y, sobre todo, la crítica, muy sutil, siempre en la misma dirección.

Y la guinda la pusieron la cansina Anne Igartiburu y el propio José Mota minutos antes de las campanadas anunciando que el día 1 disfrutaríamos del tradicional Concierto de Año Nuevo y de ¡¡¡los saltos de esquí!!!, cuando estos, por primera vez en 50 años, no se han dado al parecer por una cuestión presupuestaria. Evidentemente, sólo puede haber dos explicaciones para justificar el resbalón, o fue un despiste manifiesto o, directamente, en TVE, directamente, pasan de revisar los guiones que se les escribe a los presentadores de las Campanadas. En cualquier caso, ridículo supino y unas Navidades en la televisión pública que es para olvidar.

1 comentario

Máximo Medina -

Amigo Velarde: este año ni en Navidad ni en Fin de Año vi televisión alguna, por lo que no puedo opinar, pero le agradezco el comentario, porque así sé con entera seguridad que no me perdí nada. TVE, quíteselo de la cabeza, no es la televisión de España, sino la del Gobierno de turno y si no ya verá en los próximos meses. Lo que parece evidente, en eso coincido, es en que los gastos de la televisión pública deben disminuir y si quieren los directivos del Ente pueden copiar la gestión de cadenas privadas, que año tras año arrojan balances financieros positivos. Eso de que el Estado paga todas las facturas de todo no puede ser, porque 'yo me encargo' nada más que hay uno y no trabaja en TVE