Hágase la luz
Excelente medida la del nuevo ministro de Industria, Energía, Telecomunicaciones y Turismo, José Manuel Soria. El rescate de la factura bimestral de la luz supone normalizar una situación caótica y surrealista a la que nos había conducido su antecesor en el cargo, el señor Miguel Sebastián, conocido popularmente como el genio de las bombillas (que a mí, por cierto, nunca me llegaron).
Dicen los entendidos en la materia, que la decisión adoptada en su momento por el que fuese ministro de Zapatero supuso un descuadre en no pocos presupuestos familiares, y que al final la lógica tenía que imponerse de manera decidida. Y es que no era de recibo (nunca mejor dicho) que un mes llegase una factura de pongamos 114 euros y al siguiente el gasto sólo hubiese sido de 5, es decir, un gasto medio de 60 euros, pero que alguien muy listo se encargaba de cobrarte por adelantado y, por supuesto, sin ningún tipo de recargo por el dinero que nos forzaban a adelantar a los consumidores a las compañías eléctricas.
Evidentemente, más en los tiempos que corren, no se trata de estar haciendo estimaciones sobre lo que podemos o no gastar en electricidad. Hay que ser cuidadosamente exquisito a la hora de realizar los cálculos e insisto en que no tenía razón de ser esos desbarajustes que, por ejemplo, podían hacerte llegar en pleno mes de vacaciones, con la casa cerrada a cal y canto y con los fusibles desconectados, una dolorosa de no menos de 70 euros, y todo en base a unas estimaciones que, a ojo de buen cubero (bueno, más bien sería de malo), hacían los operarios de las eléctricas desde sus oficinas de control.
Ojalá, ya puestos en materia y metidos en harina, que el señor Soria empiece a meterle mano también a otras cuestiones que ponen al consumidor de los nervios, entre ellas los acuerdos vergonzosos entre las operadoras de telefonía móvil para que al final sea igual irte a la empresa A, que a la B o que a la C y que se cumpla de una vez por todas la ley europea en materia tarifaria, que no puede ser que España siga teniendo uno de los costes más altos en el contexto de la Unión Europea. De momento, eso sí, ya ha arrojado luz y taquígrafos sobre ese oscurantismo eléctrico.
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Máximo Medina -