La Eurolotería
Me escribe un internauta al hilo de mi último post, sobre Javier Krahe, y me recrimina que no escriba sobre el rescate al sistema financiero español. Tranquilidad, amigo, que todo está previsto y, por supuesto, con su permiso, usaré las chuletas que usted me envía para poder desarrollar el hilo argumental. Eso sí, desde luego, el Gobierno de Mariano Rajoy, por enésima vez, vuelve a dar una lección de descoordinación, de despropósito y, sobre todo, de una fallida política de comunicación, amén, por supuesto de que hace de la mentira su seña de identidad.
La cronología de los hechos (y de las palabras) es la siguiente:
13 de abril - "No es posible rescatar a España. No hay intención y no es necesario". (Mariano Rajoy)
28 de abril - "La banca española no necesitará los fondos europeos". (Luis de Guindos)
28 de mayo - "No habrá rescate a la banca". (Mariano Rajoy)
31 de mayo - "Lagarde ha disipado las dudas" Refiriendo a un rescate financiero (Soraya Sáenz de Santamaría.)
2 de junio - "España saldrá de la crisis por sus propios medios". (Mariano Rajoy)
6 de junio - "Los hombres de negro no van a venir a España". (Cristóbal Montoro)
7 de junio - "No estamos preparando absolutamente nada". (Luis de Guindos)
Es decir, o a los españoles se nos trata de niños de biberón o bien, directamente, nos están llamando imbéciles en nuestra misma cara. Siete declaraciones contundentes en el plazo de dos meses, todas enfocadas a que nosotros solitos seríamos capaces de salir de ese agujero y, por arte de magia, ¡tachán! nos prestan 100.000 millones de euros, pero no es un rescate, sino algo bueno para Europa y para España.
Y encima, para rematar la jugada, viene el señor Rajoy y nos quiere vender la moto o la burra de que el presionó al Eurogrupo para forzar esta dádiva de nada menos que 100.000 millones de euros. Es de traca y encima luego querrán que dentro de cuatro años los electores vuelvan a coger la PPapeleta del PP. Me sé de uno y de mil que ahora mismo tienen algo más que una PPataleta con las decisiones y las mentiras que nos están contando desde Moncloa. Y no es para menos, la verdad.
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Máximo Medina -