El ego de Casillas
¿Se marchará finalmente Iker Casillas del Real Madrid? Su situación actual en el club no parece la más adecuada para un meta que aspira a estar dentro de unos meses en el Mundial del Brasil. La llegada de Diego López en enero de este año tras la lesión del portero de Móstoles le ha relegado al banquillo. Obviamente, no era el predilecto de Mourinho sobre todo desde que la ‘boca-chancla’ de su pareja y futura madre de su hijo largase a los cuatro vientos interioridades del vestuario merengue y por eso el portugués le dejó en la suplencia o no le llevaba ni convocado.
La llegada de Ancelotti al banquillo del Bernabéu parecía que iba a poner las cosas a su estado original, es decir, que Casillas recuperaría su puesto en la portería y que López sería un suplente de lujo. Sin embargo, algo habrá visto el sabio técnico italiano para darle, por el momento, los galones a Diego y relagar a Iker a la suplencia. Eso es algo que los fieles del portero mostoleño no han podido digerir y han montado en cólera porque creen que su ídolo no merece ese maltrato y hasta le están instando a que se vaya del Real Madrid ante la previsible falta de oportunidades que parece que va a sufrir en esta nueva temporada.
Lo que es obvio es que el entrenador de cualquier equipo no va a arrojar piedras contra su propio tejado. Es decir, Carlo Ancelotti no es un recién llegado a este deporte, sabe de qué va el invento y que sus objetivos en el Real Madrid están más que definidos, luchar por los tres títulos, con prioridad máxima a la Champions League. El material que él tiene entre sus manos es de primera calidad y en la portería tiene a dos de los mejores valladares de España, pero sólo puede jugar uno. El problema suele radicar en los celos profesionales que causa en aquel que se queda chupando banquillo, que no suele hacerle mucha gracia y el ego de Casillas, lamentablemente, está más que subido.
Nos guste o no, grandes porteros que dieron idénticas tardes de gloria a sus escuadras han llegado a ese momento en el que hubo que poner punto y final a sus carreras o tener que salir de la entidad. Así, a bote pronto, se me ocurren casos como el de Zubizarreta, un sobrio portero que lo ganó todo con el Barcelona y que tuvo que salir casi por la puerta de atrás por el capricho de Cruyff. El vasco lo aceptó sin mayores problemas y acabó sus días defendiendo la meta del Valencia. Lo mismo pasó con Agustín en el Real Madrid, que acabó jugando en el CD Tenerife y tampoco se le escuchó una voz más alta que la otra.
No digo con esto que el momento de Iker Casillas haya acabado, pero él debe aceptar con la misma humildad que sus antecesores que haya otro portero que te quita de la titularidad. Estoy convencido de que al alemán Bodo Illgner no le hizo ni gracia tener que ser el suplente de un imberbe Casillas en un partido en la ya desaparecida Catedral, en San Mamés, pero aceptó la situación. Ahora, 14 años después, es el meta de Móstoles quien ve su puesto amenazado. Pues bueno, es cuestión de aceptarlo con naturalidad. El deporte, como la vida, es evolución y quien no lo entiende así, entonces tal vez le falta lo básico para ser deportista, aceptar con entereza y humildad las derrotas.
1 comentario
Sara Verdulero -
Una cosa es apoyar a tu pareja (aunque sea una burra ingnorante que ha trepado por su físico) y otra es dejar que meta la mano en la olla donde comes.
Gran error del portero merengue al filtrar cosas que no debía para lanzar la carrera de su querida pareja. Y gran torpeza, porque, realmente, no hay nada que lanzar. La elementa no tiene ni dos dedos de frente ni maneras, ni aprende na de na. Ni tiene la carrera de periodismo ni tampoco la inteligencia natural para suplirlo. No hay sabiduría que merezca la pena intentar nada con ella. Es un caso perdido que ha causado la mofa de sus compañeros y de muchos españoles.
En fin, y volviendo al tema, no sólo tiene futuro como periodista sino que está arruinando el del portero madridista.