'aSATadores' de supermercados
¿Tiene usted problemas en su economía familiar? ¿Necesita hacer la compra del mes y no tiene con qué? ¿Es la vuelta al cole y precisa a toda costa proveerse del material escolar sin que le cueste un solo euro? ¿Precisa de renovar los muebles de su cocina o hacerse con el último modelo de plasma para poder disfrutar de los últimos estrenos de Hollywood en el salón de su casa como si estuviese en el mismísimo cine?
No se preocupe, la solución se la proporcionan Sánchez Gordillo y Diego Cañamero, máximos dirigentes del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores), que mandarán a sus huestes a los grandes centros comerciales, mangar lo que sea por la cara y llevarlo a su domicilio en 48 horas. No se arriesguen a que el guarda de seguridad les denuncie ante la Policía, ahora el SAT manga por usted y además con total impunidad.
La última ‘hazaña’ de estos golfos y vivales del SAT ha sido la de arramblar de un Carrefour de Sevilla una ingente cantidad de material escolar para, según sus explicaciones, evitar la especulación con algo tan básico como la enseñanza. No es que lleguen a la caja y paguen sólo el 50% del producto o el 10%. No, ellos, directamente, entienden que el precio justo son cero euros y que esto es como la Rusia comunista, es decir, que todo es de todos, salvo, por supuesto, sus propiedades, porque Gordillo y Cañamero tienen un peculiar concepto de la propiedad privada, la de ellos sí lo es, pero la del resto es comunal, todos tienen derecho a disfrutar de los bienes ajenos. Ese es su principio (único y final) fundamental, lo mío es mío…y también lo de los demás.
A Dios gracias que personajes de esta calaña no pululan demasiado por nuestra querida España y afortunadamente tampoco parece que tengan la más mínima oportunidad de dirigir las riendas de un país o de una comunidad autónoma porque apañaditos íbamos a ir. Estos tipos que venden el discurso caduco de la madrecita Unión Soviética, la igualdad por debajo, nunca por encima, dejarían en dos días arruinada a la población mientras ellos, evidentemente, se lanzarían a la buena vida, a repartirse el poder y las latas de caviar mientras para el pueblo sólo habría mendrugos de pan que poder llevarse a la boca.
0 comentarios