El negocio del morbo

¡Qué peligro tiene especular! o, dicho de otra manera, ¡qué fácil es darle el micrófono a un entrevistado y que se ponga a largar cuestiones que para nada están dilucidadas! Pero es igual, si hay que vender más ejemplares a cambio de vender morbo…pues se hace y luego, si te he visto, no me acuerdo.

Eso sí, luego viene Paco con la rebaja en forma de demanda judicial porque desde que alguien vierte unas declaraciones a un medio, de nada vale escudarse en el sacrosanto argumento de que la empresa no tiene responsabilidad en las palabras que haya dicho un entrevistado. Lo que sale en un medio de comunicación, lamentablemente, pero es así, es responsabilidad de él. Otra cosa es que luego se actúe contra el lenguaraz en cuestión, pero de momento quien busca el morbo gratuito puede darse de bruces con la Justicia.

Todo esto viene a colación por las palabras del padre de Lorena, la mujer que ideó y ejecutó el plan para matar supuestamente a la mujer y a la hija del periodista Paco González, al suplemento LOC del El Mundo. Este señor, que inicialmente dice que había llamado al hospital para pedir perdón a los familiares de la estrella de la COPE y decir que lamentaba haber presentado en cierta manera a su hija al periodista porque acabó muy obsesionada con él, luego se ve que se lo pensó mejor y se ha dedicado a contar una versión muy diferente de los hechos, dando a entender que entre Lorena y Paco González hubo algo más que las visitas de su hija al estudio donde se hace ‘Tiempo de Juego’.

Sí, ya sé que como periodista tiene más recorrido cualquier aspecto truculento y que el tema de una relación extramatrimonial daría para muchos especiales. Pero la realidad es que sólo tenemos a una pirada que ha tratado de cargarse por sólo Dios sabe qué motivos a la familia de Paco González y a un cómplice que la ayudó. De resto no hay nada más. El padre podrá decir misa, pero si hubiese tenido pruebas del idilio ya las habría mostrado. Lo que sucede es que fantasear es muy sencillo, lo complicado es poder sostener esas conjeturas.