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Desde mi escaño

Foster's Hollywood de La Ventilla: las prisas no son lo nuestro

Foster's Hollywood de La Ventilla: las prisas no son lo nuestro

Comer, como reza el tópico, es, no sólo una necesidad, sino también un placer. Aconsejan los especialistas que sentarse a la mesa no debe ser sólo un ejercicio de satisfacer una carencia inmediata, sino que también debemos socializarnos, no engullir como pavos los alimentos. Sentarse en torno a una mesa es un acto social y, salvo por cuestiones laborales, nadie tendría que estar reloj en mano mirando a ver cuánto falta para levantarse y poder llegar con tiempo y sin agobios a su puesto de trabajo.

Sin embargo, hay restaurantes que entienden la sociabilidad como aquella manera de desatender a sus clientes con una tardanza excesiva en atenderlos, así como luego equivocarse en los pedidos. Lo paradójico del caso es que esto pasa en un local donde, se supone, el concepto de comida que aplican es el del Fast-food, pero lejos de venirte con agilidad los platos, pareciera que tuvieran que despegarlos con espátula de la cocina para que lleguen a la mesa.

El establecimiento en cuestión pertenece a la cadena Foster’s Hollywood y se encuentra sito en la Avenida de Asturias, a pocos metros de Plaza de Castilla, en Madrid. Este local ya ha tenido en el pasado muchos problemas por la falta de atención del personal, seguramente porque el dueño de la franquicia no querría gastar más de lo necesario. De hecho, gran parte de esos empleados fueron relevados por otros, allá por el 2013, y el restaurante pareció resurgir de sus cenizas, especialmente, y perdón por singularizar, por la denodada y sacrificada labor del señor Edel, presto y dispuesto a satisfacer las necesidades y exigencias de los clientes.

Sin embargo, fue faltar el pasado 25 de julio de 2014 este camarero, bien por vacaciones, por libranza o porque tendría turno de tarde-noche, y lo cierto es que el caos volvió a apoderarse del restaurante, con largas esperas para tomarte nota, tardanza en llevar los platos y equivocaciones varias, así como tampoco pedir disculpas a los clientes por los errores cometidos.

De hecho, para quien tenga ojos, que sepa que el Foster’s Hollywood de la Avenida de Asturias no es el único establecimiento de comidas que existe por la zona. Sus precios competitivos y excelente carta pueden no servir de argumento cuando no se cuida nada un aspecto esencial, la atención al comensal. De nada vale pagar apenas 9 euros por un menú si luego entre plato y plato o el postre te da tiempo a hacer la digestión. Si vuelven a las andadas, ya que tanto les gusta relacionarse con el mundo del cine, esta franquicia merecerá llevarse el Anti Oscar al peor reparto.

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