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Desde mi escaño

Bombazo informativo: Hallan los restos de Miguel de Cervantes (modo ironía on)

¡Menudo despliegue que han hecho en Madrid para descubrir lo obvio! Que ahora salgan los panfleteros de Ana Botella a darle portadas y titulares a cinco hablando sobre el descubrimiento de los restos de Miguel de Cervantes (huesos que en algún caso no parecen llegar ni al tamaño de los de una aceituna) es querer hacer propaganda de la obviedad. Es como si ahora nos ponemos en plan científico y vendemos la idea de que acabamos de descubrir que el agua es incolora. Claro, así ha sido en el curso de la Historia, pero hay quienes tratan de vender como nuevo lo que siempre ha sido así desde los orígenes.

En el caso de Miguel de Cervantes y Saavedra, desde siempre se supo que estaban ahí sus restos, que el cadáver, ya putrefacto, del escritor universal yacía en ese convento de las Trinitarias y que, únicamente, unas obras de hace tres siglos removieron la zona original. Pero, independientemente de esas reformas, los huesos seguían estando allí y, por si aún alguien albergaba alguna duda, muchos hemos pasado por delante de ese templo y leído con nuestros propios ojos que los restos del escritor descansaban ahí. Blanco y en vasija, leche fija.

Sin embargo, y no me pregunten por qué, alguien desde el Ayuntamiento capitalino ha querido autolanzarse al estrellato intentando colarnos una campaña revestida del más puro y elevado interés científico-cultural para que todos viviésemos con auténtica atención la búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes. La placa conmemorativa daba lo mismo, había que ponerse manos a la obra a ver si aparecían esos huesecillos y, ¡voila! Después de varios meses de intenso trabajo se han encontrado esas partes de la osamenta que, se supone, que son de Cervantes, ya que aún no han podido ser sometidas a una prueba de ADN.

Ya puestos con el disparate, podemos proponer al Consorcio de Transportes de Madrid le cambie el nombre a alguna de las estaciones cercanas a la zona, Gran Vía o Sevilla, para que pase a llamarse estación Miguel de Cervantes y la decoren con motivos personalizados. ¿No va de hacer negocio con la causa? Pues aquí tienen los prebostes del consistorio de Cibeles una idea…y además gratis.

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