Si no confiaría el cuidado de su pequeño al pederasta de Ciudad Lineal, ¿le va a confiar la gestión de España a Podemos?
Se acabaron los experimentos. Podemos ya pasa a la categoría de juguete roto para los votantes. Llega la hora de la verdad, la de retratarse en las urnas, la de elegir con seriedad, rigor y criterio al alcalde de turno, al presidente de la comunidad autónoma y dentro de unos meses, a finales de 2015, al jefe del Ejecutivo español, y la broma de apoyar a una formación rupturista y prochavista como es la de Pablo Iglesias pasa a mejor vida.
Los españoles, muy vehementes cuando tienen delante a un encuestador o les ponen delante una alcachofa, se piensan mejor las cosas y con mayor nivel de reflexión cuando hay que depositar la papeleta en la urna. Están en juego demasiadas cosas como para darle la administración de una ciudad o de un país a unos profesores de universidad que tienen como referentes a Stalin, Fidel Castro o Hugo Chávez. Vamos, es como dejar a un recién nacido al cuidado del pederasta de Ciudad Lineal. Nadie lo haría, ¿verdad? Pues nadie está por la labor de confiarle la gestión de nada a estos facinerosos.
De hecho, es tal el castañazo que se pega Podemos en este sondeo del CIS que ya le empieza a avistar muy cerca la cuarta formación, Ciudadanos. La panda de Albert Rivera sigue subiendo como la espuma y, en función de cómo jueguen sus cartas en Andalucía y en el resto del tapete electoral autonómico y municipal que emane de las urnas el próximo 24 de mayo de 2015, no sería descabellado que pase a ser la tercera fuerza en intención de voto.
Me satisface ver cómo los ciudadanos españoles entran en razón y acaban dejando a estas opciones populistas en el lugar que se merecen, en un espacio residual, aunque es verdad que me llama la atención que los barceloneses le den su apoyo a la zampabollos de Ada Colau. Pero eso es harina de otro costal, ya que los catalanes llevan unos años votando a lo mejorcito de cada casa.
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Ernesto Saavedra -