Isidro López (Podemos) y la nueva forma de hacer política:
Isidro López conforma la nueva forma de hacer política en este país. El secreto es muy fácil. Se trata de bucear en Twitter, buscar a un economista liberal, por ejemplo Juan Ramón Rallo, y empezar a insultarle por las redes sociales. Eso sí, cuando sus improperios empiezan a ser conocidos, entonces coge su perfil y lo pone privado para que nadie le siga y, especialmente, para que nadie pueda ver qué es lo que ha escrito. Lo que sucede es que suele ser demasiado tarde y alguien ya te ha hecho captura de pantalla para que todo el mundo pueda observar cómo es en realidad este sujeto.
Pues este individuo, número 17 de la lista de Podemos y nuevo diputado regional en la Asamblea de Madrid, le soltó al señor Rallo lindezas del estilo de: gilipollas, te vamos a freír a impuestos y te vamos a hundir. Todo muy reconfortante y que demuestra las nuevas maneras con las que vienen estos elementos. Es decir, son igual que la casta, nada más que insultar a la cara, lo hacen por las redes sociales, aunque bien es verdad que su jefe supremo, el macho alfa de Pablo Iglesias, tampoco se corta un ápice en los mítines o en las reuniones de sus sectarios.
Lo peor de todo es que hay una parte de la sociedad española que sigue viendo en Podemos y sus marcas blancas una manera de regenerar la vida pública, pero la realidad es que no deja de ser un quítate tú para ponerme yo. Estos no vienen a limpiar el sistema, sólo quieren poner a los suyos al frente de los cargos. Su asalto a los cielos no deja de ser una figura retórica sin efecto alguno en la realidad. A estos lo que les mola es asaltar las poltronas y tener el poder para poder enchufar a los suyos.
¿Alguien puede, de verdad, creerse a estos verdaderos vendedores de humo, a tipos incapaces de gestionar sus propias empresas que, dicho sea de paso, suelen tener más de un problema con la Hacienda pública cuando toca retratarse al cierre de los ejercicios fiscales? Que vayan temblando los acreedores del Ayuntamiento de Madrid. Si Manuela Carmena fue capaz de ponerse de pantalla para que su marido no pagase a sus empleados, esta abuelita de aspecto entrañable, pero de ideas diabólicas, puede hacer saltar la banca del Palacio de Cibeles. Y si no, al tiempo.
1 comentario
Orteguilla -