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Desde mi escaño

El cante de la Pantoja y otras Infantas

¿Está recibiendo trato de favor Isabel Pantoja en la cárcel de Alcalá de Guadaíra? Esa es la gran pregunta y la gran incógnita que se debe resolver a la voz de ya. No sería de recibo que la tonadillera, que está entalegada por beneficiarse de las mangancias de su entonces pareja, el alcalde de Marbella, Julián Muñoz, esté disfrutando entre rejas como podríamos estar cualquiera de nosotros en un spa o en un hotel cinco estrellas. Pero claro, esto es España, la patria de Rinconete y Cortadillo, la del pillo medieval y cualquier sombra de sospecha es evidentemente tenida muy en consideración.

Es obvio que hay que tomarse el asunto muy en serio y comprobar fehacientemente si la directora de la prisión está teniendo o no un trato de favor hacia la reclusa mediática. Las acusaciones realizadas por dos sindicatos de funcionarios de prisiones insisten en que no sólo la persona que tiene que llevar a rajatabla el cumplimiento de las normas se las salta desayunando todos los días con la señora Pantoja, sino que además hay una serie de reclusas a su disposición para hacerle las tareas propias de cualquier interna.

Si esto fuese así, está claro que viviría mejor que en Cantora y, por supuesto, exigiría una depuración automática de responsabilidades porque por muy famosa que una sea, no le da derecho a tener más privilegios que el resto de presos.

No se trata ni de pecar por exceso ni por defecto, simplemente que se cumpla el reglamento establecido. Algo que, dicho sea de paso, no se cumple por ejemplo en el caso de la Infanta Cristina ni en el de su esposo, Iñaki Urdangarín, otro dos que hace tiempo debían haber estado en el talego, como la Pantoja, pero con la diferencia de que estos dos han trincado por activa y por pasiva mucho más que la artista. Pero claro, no todos son hija y yerno de un Rey de España. Hete ahí la diferencia.

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