Manuela Carmena: hambre de lujosas vacaciones
Señora Manuela Carmena, proba alcaldesa de Madrid, ¿ya ha resuelto usted el problema de los niños que se morían de hambre? Creo que eran 25.000 los que, según sus soflamas electoralistas, deambulaban por las calles de la capital del reino mendigando un triste mendrugo de pan que poder llevarse a la boca.
Usted, primera edil de la capital de España, ha cogido las de Villadiego (o las de Zahara de los Atunes, que para el caso es lo mismo) y está gozando de unas opíparas vacaciones a razón de 4.000 euros la semana. Porque, claro está, una cosa es fomentar que aquí, en Madrid, sus amigos puedan estar hacinados en la comuna happy flower del Patio Maravillas, pero otra bien distinta son sus necesidades.
Usted es muy sensible con la pobreza y nos pide al resto que nos sensibilicemos y solidaricemos con aquellos que menos tienen, pero mientras reclama eso, nos enteramos de sus fastuosas vacaciones en una villa de la costa gaditana. ¿Lo hace por sensibilidad social o por sensibilidad y solidaridad consigo misma? Por supuesto, su esposo moroso está allí gozando de la brisa marina mientras tiene por aquí, por esta gran ciudad, a un número importante de trabajadores que aún no han percibido lo que se les adeuda.
Por supuesto, señora Carmena, que usted puede pegarse las vacaciones que desee, pero no nos venda burras ciegas y motos averiadas. Si tanta emergencia social había en Madrid, no encajan sus lujosos caprichos. ¿O es que era todo meramente electoralista? Mucho me temo que era esto último para hacer su agosto en las urnas.
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