No son antitaurinos, son terroristas on line
No soy aficionado a las corridas de toros, no me gustan y no penaría por las esquinas si éstas desaparecieran. No obstante, y dicho esto, también entiendo que el Arte de Cúchares forma parte de nuestro acervo cultural y que a quien no nos gusta tenemos muchas más opciones que la de tener que estar reventando corridas o politizando la cuestión hasta el punto de prohibir corridas en las ciudades o precintar cosos taurinos.
Lo que ya no hay por donde cogerlo es la reacción furibunda de determinadas personas que, aprovechando el supuesto anonimato que confieren las redes sociales, se hayan lanzado como posesos a desear la muerte del diestro Francisco Rivera tras la cogida sufrida hace unos cuantos días. De verdad, ¿alguien puede sentirse satisfecho después de poner ese tipo de mensajes en Twitter o Facebook y después seguir con su vida tranquilamente?
Insisto en que uno puede ser todo lo antitaurino que desee, pero lo que no tiene perdón de Dios es montar un Tribunal de la Santa Inquisición para quemar vivos en la hoguera a todos los toreros que estos se topen por el camino. Ante todo respetemos la diversidad. Habrá a quienes no les guste el fútbol y no por ello hay que montar un aquelarre contra todos los futbolistas o incendiar las redes sociales deseando que tal o cual jugador se quede paralítico de por vida tras una cruenta entrada.
¡Ah, y por supuesto, a ver si las autoridades legislan de una puñetera vez y le echan algo más que el guante a toda esta caterva de indeseables que se han creído que Twitter o Facebook es una barra libre para vomitar sus más sucios y puercos deseos!
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