Mas, Romeva, Baños, Junqueras, Forcadell: al manicomio primero y luego a la cárcel

Están como una auténtica regadera. Me refiero, claro está, a todos esos mamarrachos diputados de Juntos por el Sí (y por el 3% de las mamandurrias) y de los batasunos de las CUP que este 9 de noviembre de 2015 han perpetrado la enésima paranoia de su drama independentista. Lo peor de todo es que se creen sus propias mentiras y pretenden que millones de catalanes les secunden en su locura, un disparate que sólo puede acabar, lógicamente, en la detención de los cabecillas del llamado ‘Proces’.

Pero, antes de que a toda esta caterva de indocumentados los pongan a buen recaudo en un penal de alta seguridad, tal vez sea necesario que pasen por el manicomio. Es más, hoy el Gobierno de Mariano Rajoy ha perdido una ocasión de oro para haber convertido el Parlamento de Cataluña en un gran centro psiquiátrico en donde poder analizar que hay dentro del cerebro de gente (o gentuza) como Artur Mas, Raül Romeva, Oriol Junqueras, Carmen Forcadell o Antonio Baños.

Esta pandilla de bandidos, repito a razón del 3% la mordida, se han colocado el sombrero de Napoleón y se han lanzado a la calle a creerse que son una nación, que pueden hablar por siete millones de catalanes cuando apenas dos millones se posicionaron a favor de la independencia.

Lo dicho, están para que los encierren por partida doble. Primero en el psiquiátrico y tratados a golpe de baños de agua fría y de electroshocks y después a la cárcel y obligados a trabajos tales como, por ejemplo, tener que izar un día sí y otro también la bandera española o aprender Historia de España. Y no sólo porque les dé alergia, sino porque además habrá que explicarle a estos ignorantes de medio pelo de dónde vienen y cuál ha sido la verdadera historia de la formación de Cataluña.

Y conste que hoy estoy generoso porque el cuerpo me pide, realmente, que los tanques rodeen el Parlamento catalán y la Generalitat y, una vez evacuados los de Ciudadanos, el PP y algún que otro socialista, que entre el Ejército en bloque a hacerles un consejo de guerra a todos esos sujetos separatistas y a ver si aprenden que la broma separatista tiene un alto precio que no puede pagarse a plazos, sino al contado y con consecuencias irreversibles.