¡Vaya pifia, Patricia!
No ha sido la única política en utilizar a los niños para su gestión o propaganda política. Lo que ha hecho la consejera de Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias haciéndose la foto con unos menores de edad tutelados a cuenta de una chocolatada y difundir las instantáneas sin retocar inicialmente por las redes sociales no es la primera vez que ha pasado en el caso de otros políticos en las Islas o fuera de ellas.
El gesto de Patricia Hernández es, lamentablemente, demasiado común, al menos en lo que se refiere a querer convertirse en la noticia principal, cuando los verdaderos protagonistas son los más pequeños. Lo que ya no tiene pase alguno es lanzar a las redes sociales esas imágenes de menores que deberían de estar cuando menos pixeladas. Si a los medios de comunicación se nos exige un mínimo de rigor con las fotografías de niños, que nunca quede al descubierto su rostro, qué menos que toda una Consejería de Asuntos Sociales vigile este aspecto con mucho mayor cuidado y escrúpulo.
Lo peor del caso es que la señora Hernández, lejos de estar arrepentida por el error cometido, aún es capaz de lanzar un comunicado diciendo que ella no tiene por qué esconder a los menores y que no puede convertir algo tan festivo como una chocolatada en algo clandestino. Pues claro que no, estos actos lúdicos son para que los pequeños disfruten de lo lindo y que los medios de comunicación puedan realizar reportajes de corte social, las noticias de interés humano que se dice.
Pero lo que no es digerible en modo alguno es que la Consejería yerre enviado por redes sociales unas imágenes donde esos menores son perfectamente reconocibles y con la consejera Hernández en primer término capitalizando lo que es labor de unos técnicos y de unos monitores que trabajan duramente con estos chavales a diario y que, estoy convencido de ello, prefieren seguir en ese anonimato. Lo que nadie espera es que venga la política de turno a hacerse la foto y encima a meter la pata hasta el corvejón.
Esperemos que por parte del presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, se le dé algo más que un tirón de orejas a una consejera que, sinceramente, da para lo que da. Es, permítanme la expresión, muy limitadita, pero no tiene empacho alguno en estar continuamente en el candelero con alguna de sus ‘fantásticas’ ocurrencias. Y tampoco tiene problema alguno en mostrar sus carencias de base cuando, entrevistada en un canal local de televisión, se ‘descojonaba’ por no saber el PIB de Canarias. Claro, así pasa luego lo que pasa, que tenemos a auténticos zotes en puestos de gestión y luego querremos que las cosas salgan bien. Y lo milagroso es que a veces hasta salen.
0 comentarios