¿No dijeron que había que ser prudente con la desaparición de Diana Quer?

Menos mal que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado habían pedido por activa y por pasiva que no se dieran datos sobre la desaparición de la joven Diana Quer. No llegan a hacerlo y a estas alturas sabríamos el número de teléfono de la joven, su dirección de correo electrónico, la postal y hasta de qué sabor era la primera papilla que deglutió en su tierna infancia.

El espectáculo, queridos amigos, está siendo deplorable, han hecho un circo siniestro de la fuga de la joven, sea ésta consentida o forzada. Todos los días nos estamos desayunando con teorías para todos los gustos, con insinuaciones, con conjeturas e hipótesis que lo único que hacen es enmarañar las cosas y no aportar un gramo de tranquilidad para una familia que vive rota y desesperanzada porque ven que lejos de ver la luz, el túnel es cada vez más oscuro.

Además somos un país que no aprendemos en estos asuntos. Nos pasó con Yéremi Vargas, el menor desaparecido en 2007 en el sur de Gran Canaria. Cada cierto tiempo se deslizaban teorías que en nada ayudaban a las pesquisas policiales y a veces llegamos a tener que sufrir las torpezas de un ministro de Interior como Jorge Fernández Díaz o la entonces delegada del Gobierno en Canarias, Carolina Darias, tratando de capitalizar el hallazgo de unos restos óseos…¡que finalmente eran de un pollo!

Confío y espero en que lo de Diana Quer acabe en un final feliz y que la joven aparezca sana y salva. Si luego resulta que se ha tratado de una chiquillería y que la señorita se marchó voluntariamente y ha provocado esta búsqueda masiva, que purgue su pecado como Dios manda. Pero si aún no sabemos qué ha sucedido, habría que tener mucho ojo con hacer castillos en el aire y lanzarnos por el tobogán de las conjeturas. Hablar es muy fácil, pero decir cosas con sentido no lo es tanto. Y no olvidemos que está en juego la vida de una persona y que la familia, amigos y allegados sufre con cada noticia sin fuste que sale sobre la joven Diana Quer.