Café con cuento, por favor: Síndrome de Estocolmo
Se acerca el final del otoño y llega el invierno. La pluma de nuestra escritora de cabecera, Julia A. García, se tiñe de negro este 18 de diciembre de 2016 y y trae a nuestra memoria un cuento de terror. Nunca debemos olvidar que en materia de horrores, la realidad superará siempre la más aterradora pesadilla.
Síndrome de Estocolmo
"¡Cuánta fuerza y qué poca puntería!", pensó la chica cuando el puñetazo pasó rozando su nariz y se estrelló contra la pared del zulo subterráneo, con un horrendo crujido de huesos.
No era la primera vez que la golpeaba su carcelero, pero sí la primera que fracasaba y la única que ella lo intuyó sufriendo. Su rostro siguió velado por un verdugo y ni un lamento escapó de su boca, pero el dolor lo dejó indefenso, como un perro apaleado.
La puerta seguía abierta; fue el momento de escapar; la oportunidad para huir del cautiverio. Llevaba media vida allí, convertida en el despojo de sí misma, pero una emoción inesperada se superpuso al instinto de libertad: sintió dolor por el dolor del amante forzoso sin rostro; un inoportuno pero innegable sentimiento de apego.
Olvidó el miedo y se acercó para consolarlo con una caricia.
Él la golpeó con rabia.
Nunca volvió a fallar.
@juliaenlinea
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