Los cuentos chinos de Carmena: "Recojo latas de camino al trabajo"

Manuela Carmena nos quiere tomar por tontos a los madrileños. Ahora, ante las críticas por la suciedad de Madrid, nos viene a decir esta ‘abuelita bondadosa’ que ella todos los días, de camino a su trabajo, se dedica a recoger latas que encuentra tiradas en plena vía pública. Sí, creo que sale todos los días de su casoplón en la exclusiva urbanización del Conde de Orgaz y va con bolsas amarillas para recolectar ahí todos los envases. Triste destino laboral entonces el del pobre chófer oficial de la alcaldesa cada vez que ella detecte una lata arrojada en la calle. A ese paso, igual con un poco de suerte llega al Ayuntamiento a la hora de comer.

Ya fuera de broma, la señora Carmena nos quiere hacer creer que está concienciada con el problema de la falta de limpieza en la capital de España. Nada más lejos de la realidad. A ella la cuestión de la suciedad se la trae directamente al pairo porque si realmente le importase la dramática situación en la que se encuentra sumida la ciudad ya le habría puesto un remedio muy sencillo, contratar a más personal para que se encargase de quitar del medio todos los desperdicios que hay por cualquier calle de Madrid.

Sólo a modo de ejemplo, pero de estos habrá a miles. En la calle Machupichu, muy cerca ya de la rotonda de Oswaldo Payá, lleva más de diez día una litrona explotada por los petardos y que ningún miembro de la limpieza del Ayuntamiento de Madrid ha osado recoger hasta el momento. Pero esto pasa en la Avenida de Asturias, en la calle Trefacio, en Emigrantes y así podría recitarle todo el callejero capitalino hasta decir basta. Vamos, que por cuatro latas que usted recoja, decenas de miles de recipientes quedan todos los días descuidados y sin que su personal de limpieza los vea.

Así que ímproba alcaldesa de Madrid. Vaya a tomarle el pelo con sus humoradas a otros, pero a los madrileños de pro no nos engañe porque no sólo no nos creemos sus burdas mentiras, sino que cada vez que sale a decir usted tamañas bobadas lo que nos hace creer es que, realmente, detrás de usted hay alguien manejando perfectamente los hilos y que a usted la utilizan de perfecto mascarón de proa para ocultar a esos concejales que la obligan a decir tamaña colección de disparates.