El chumineo interesa
Algo debemos estar haciendo mal en los medios de comunicación o que, tal vez, y esta sea la razón, los políticos tienen tan harta a la ciudadanía que ésta se ha cansado de escucharlos y prefieren decantarse por otro tipo de contenidos que no son precisamente informativos, sino más bien lo más alejado de ellos.
Como muestra, un botón. Uno, que lleva en esto del periodismo más de dos décadas, comencé un 10 de marzo de 1996, ha visto en estas dos décadas de bendita profesión una evolución y revolución tecnológica increíble, hasta tal punto que cualquiera con un mínimo de destreza puede hacer un artículo desde el Metro sin necesidad de tener que pisar una redacción.
Y precisamente es esta auténtica innovación y cambio tecnológico perpetuo el que me ha hecho ver cómo escribir o hacer vídeo blogs de temas serios no le interesa al personal. En ese sentido, como bien dice mi director en Periodista Digital, Alfonso Rojo, no podemos dejar de dar temas políticos y mediáticos, pero aquí lo que da pasta, lo que provoca pinchazos o clicks es el chumineo, el corazoneo, los dramas insustanciales de la Belén Esteban de turno o las crisis económicas y sentimentales del clan Campos.
Uno, que también se ha aficionado desde hace algo más de dos años a eso de subir vídeos y tener de un canal en Youtube, ha podido comprobar fehacientemente que ha conseguido tener más visitas en cuatro semanas en las que los temas principales son las movidas de estos personajillos televisivos de tres al cuarto que haciendo sesudos análisis sobre la situación política del país.
De hecho, llegas a pensar que si hablas, un suponer, sobre la última excrecencia de la expareja de Jesulín de Ubrique, a los pocos minutos 300 personas ya habrán pinchado el vídeo y, en cambio, si hablas sobre la última mamarrachada machista de Pablo Iglesias, con suerte, la habrá visto algún despistado que se ha topado por ahí con tu canal.
Como todo en la vida, los excesos son malos. Igual de perjudicial es aburrir al público objetivo con política como también darle chumineo a todas horas, pero está claro que en la disyuntiva se prefiere más lo segundo que lo primero, lo cual también nos dice claramente por qué Belén Esteban puede dar un día el salto a la política.
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